sábado, 10 de marzo de 2018

La importancia del amor al projimo


Mensaje Cristiano.

La importancia del Amor Al Projimo.

Cuando un grupo de fariseos le preguntaron a Jesús cuál era el mayor de los mandamientos, él aprovechó para darles una enseñanza fundamental sobre el tema: "El mayor mandamiento es: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, no hay otro mandamiento mayor que éstos" (Marcos 12: 29-31).

Solo le preguntaron por uno pero el Señor les dio un segundo que era tan importante como el primero.. "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", citando un pasaje del Antiguo Testamento (Levítico 19:18).

Entonces.. ¿Por qué respondió con dos mandamientos si solo le pidieron uno? ¿No era suficiente con decir que amar a Dios era el mandamiento más importante de todos? Según leemos. Desde la óptica de Jesús no lo era. El Señor conocía muy bien la tendencia del ser humano a ser "religioso".
Hoy día es muy común ver en las Iglesias cristianas a creyentes participando fielmente de reuniones de adoración, hacen oraciones y le cantan a Dios canciones que ciertamente buscan amarlo, pero más tarde regresan a sus egocéntricas vidas.

 Muchas de estas personas están convencidas de que con solo amar a Dios es suficiente, y poco les importa si dañan a otros. A veces los más devotos son los más viles en sus relaciones, maltratan a sus familiares y con frecuencia hieren a sus amigos más cercanos.

Jesús nos enseña que amar a Dios y amar al prójimo está profundamente relacionado. Está claro.. Amar a Dios es el más importante de los mandamientos, pero si realmente le amamos es inevitable que ese amor no se desborde a los demás. La forma más sencilla de saber cuánto amas a Dios es cuestionándote que tanto amas a las personas. Estas dos clases de amor no pueden ir separadas, están íntimamente vinculadas, y es imposible tener una sino tienes la otra.

 ¿Por qué es oportuno centrar la atención en el mandamiento de amar al prójimo, y qué preguntas surgen?

 Jesús luego mencionó un segundo mandamiento que, como él mismo señaló, está muy relacionado con el anterior: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
 Es oportuno centrar la atención en este mandamiento, pues hoy reina el egoísmo, que no es otra cosa que amor mal dirigido.

 En su descripción inspirada de “los últimos días”, el apóstol Pablo escribió que las personas no amarían a sus semejantes, sino a sí mismas, al dinero y los placeres, y que a menudo ni siquiera tendrían “cariño natural” o “amor familiar” (2 Timoteo 3:1-4, Barclay, nota). De igual modo, Jesucristo predijo: “[Muchos] se traicionarán [...] y se odiarán”. Y agregó: “Se enfriará el amor de la mayor parte” (Mateo 24:10, 12).

 No obstante, notemos que Jesús no mencionó que disminuiría el amor de todos. Siempre ha habido y habrá quienes le den a Jehová el amor que pide con todo derecho. Y como lo aman de verdad, procuran ver a sus semejantes como él los ve. Ahora bien, ¿quién es el prójimo al que debemos amar, y de qué maneras podemos hacerlo? Las Escrituras nos ayudan a responder estas preguntas clave.

 ¿Qué dijo el apóstol Juan sobre el amor a nuestros hermanos?

 El apóstol Pablo escribió: “Obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe” (Gálatas 6:10).

Tenemos la obligación cristiana de amar a nuestra familia de hermanos espirituales. Pero ¿cuánto importa que lo hagamos? El apóstol Juan lo indica de forma contundente: “Todo el que odia a su hermano es homicida [...]. Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios’, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 3:15; 4:20).

 Son palabras muy fuertes, y más si tenemos en cuenta que Jesucristo también llamó “homicida” y “mentiroso” al Diablo (Juan 8:44). ¡Que nunca nos sean aplicables estos términos!

 ¿De qué formas demostramos amor por nuestros hermanos en la fe?

Los cristianos verdaderos “son enseñados por Dios a amarse” (1 Tesalonicenses 4:9). No deben hacerlo “de palabra ni con la lengua, sino en hecho y verdad”, “sin hipocresía” de ningún tipo (1 Juan 3:18; Romanos 12:9). El amor nos mueve a ser bondadosos, compasivos, perdonadores y pacientes, así como a evitar los celos, la presunción, la arrogancia y el egoísmo (1 Corintios 13:4, 5; Efesios 4:32).

También nos impulsa a servirnos mutuamente “como esclavos” (Gálatas 5:13). Jesús mandó a sus discípulos que se amaran tal y como él los había amado (Juan 13:34). De ahí que debamos estar dispuestos a dar la vida por los hermanos si es preciso.

Cuando el prójimo tiene nombre y apellido

 ¿Cómo cambian las cosas cuando se trata de amar a una persona en particular en vez de a una colectividad?

 No es difícil amar al prójimo si lo tomamos como colectividad. Sin embargo, las cosas cambian cuando se trata de amar a una persona en particular. En el caso de algunos, el amor al prójimo se limita a los donativos que hacen a una determinada entidad de beneficencia. Claro, es mucho más fácil afirmar que amamos al prójimo que amar de verdad a un compañero de trabajo que nos trata con frialdad, a un vecino desagradable o a un amigo que nos ha fallado.

ALGUNOS PRINCIPIOS PARA DESARROLLAR EL AMOR AL PROJIMO
1.- RECONOCE QUIEN ES TU PROJIMO

LUCAS 10:30 Respondiendo Jesús, dijo: un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndolo, se fueron dejándole medio muerto.
Todo aquel que necesita de nosotros no solo material sino también espiritualmente a ese debemos de socorrer, porque ayudándolo demostramos amor verdadero y de eso Dios se agrada.

2.-  NO IGNORESLA NECESIDAD DETU PROJIMO

LUCAS 10:31-32  31Acontecio que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndolo, paso de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, paso de largo.
SANTIAGO 2:9 Pero si hacen discriminaciones entre una persona y otra, cometen pecado y son culpables ante la ley de Dios.

No importa las razones que el enemigo quiera poner en tu corazón y en tu sentir, ya sean estas diferencias entre clases sociales o bien enemistades, deberás desecharlas en el nombre de Jesús y disponerte actuar en auxilio del necesitado. Por amor a Dios primeramente y luego a tu prójimo. Pues debes de recordar que Dios nos ama con amor eterno.

3.-  LLENATE DE BUENA ACTITUD Y ACTÚA EN BIEN ANTELA ADVERSIDAD DE TU PROJIMO

LUCAS 10:33-34  33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;   34 y acercándose, vendo sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevo al mesón y cuido de él.

No solo debemos de ver la angustia y el sufrimiento de nuestro prójimo, sino que debemos de actuar, de la mejor manera que se pueda; o como la necesidad lo amerite  y lo requiera. Cuidando, dando, restaurando, o sanando, recuerda que el amor y el poder de Dios también mora en nosotros como sus hijos.

4.-  NO TE LIMITES AL DEMOSTRAR AMOR A TU PROJIMO

LUCAS 10:35  Otro día al partir, saco dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele, y todo lo que gastes de más, yo te lo pagare cuando regrese.

Debemos de darlo todo con excelencia al tomar la buena decisión de amar a nuestro prójimo apoyándolo en su necesidad, pero no quedarnos ahí si no que llegar hasta verlo restaurado. Haciendo esto Dios te compensará y te bendecirá.


CONCLUSION:

Debemos de clamarle a Dios que nos llene de amor y misericordia hacia nuestro prójimo, pues necesitamos como hijos de Dios ese mismo sentir que el tuvo por cada uno de nosotros y que por su inmenso amor y misericordia dio en sacrificio a su único Hijo para que nosotros fuéramos rescatados.
Demos pues un amor incondicional, desinteresado, no por agradar al hombre, sino siempre pensando en que Dios nos lo demanda y de esta manera hacer su voluntad como sus hijos.

Jesús también nos explica que no solo debemos amar a quien nos ama, si no a quien nos odia, no debemos aplicar la venganza, y que aunque nos lastimen no debemos hacer lo mismo que nos han hecho, incluso se nos manda a no solo no vengarnos de quien nos hace daño, sino amar a nuestros enemigos, bendecir a los que nos maldicen, hacer bien a quien nos aborrece y hasta orar por quienes nos ultrajan y persiguen:

Mateo 5:38-48  “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses. 43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”

















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